25 feb 2010

La filosofía de los p… p… (no pienses mal p… p… corresponde a políticos pensantes).

 
Groucho Marx, decía que: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Partiendo de que mientras que la ciencia edifica sobre lo ya hecho, o sigue el camino trazado, la filosofía destruye y desanda.
La filosofía, sea cual sea, es un modo peculiar de saber (… y mira que saben los políticos). Kant decía que no se puede aprender filosofía, solo podemos aprender a filosofar (… y mira si saben filosofar los políticos, que pueden estar hablando una hora y no decir nada).
Los políticos se dedican a filosofar, pues muchos saben que los griegos decían que la filosofía es el saber adecuado para construir la vida individual o colectiva.
Dentro del significado vulgar de filosofía, el que tiene sentido para el hombre medio civilizado (el que lee libros y periódicos, o no, el que ve TDT, o no, y maneja internet, o no), y traducido al lenguaje de la calle, o lo conocido como hablando en “román paladino” (término acuñado por Gonzalo de Berceo, cuando quiere expresarse en el lenguaje del pueblo llano, no en el latín culto que hablaban los señores, y hoy muchos políticos, por aquello de lo políticamente correcto) sería:
“Demasiado filosófico para mí”. Esto significa algo profundo y oscuro. Alude a algo sutil e inútilmente complejo.
“No me vengas con filosofías”. Esto significa algo que pretende convencer sin fundamento real.
Algunos políticos son tan sabios, que podrían ser considerados científicos en su profesión (vea eslogan de campañas electorales, titulares de noticias en periódicos o internet, o programas distintos en TDT). La ciencia es la organización y configuración unitaria de todos los saberes científicos. Algo es científico, si está sometido a ordenación matemática. Pero el ser humano es un ser raro, ya decía Feuerbach que es el único animal religioso. El hombre con su inteligencia es capaz de trascenderse (¿Hasta cuándo?) y de trascender el mundo en que vive y del que forma parte.
El ser humano hace ciencia por dos motivo:
--- El saber por saber (es desinteresado).
--- El saber para poder (para dominar).
Viendo los dos motivos anteriores, dejo al lector que se incline por uno u otro motivo, como la causa o razón que mueve para algo a su político preferido.
El mundo no ha cambiado por la política sino por la técnica, dijo Friedrich Dürrenmatt. La técnica es la transformación de una realidad en un útil.
Siguiendo con los dichos ahora toca el turno a Confucio que decía: ¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás? o este otro, no menos importante, que dice que, cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Aquí ya habría que tocar una rama fundamental de la psicología, que es la psicología social, que estudia el comportamiento humano en su interacción con el medio social, la relación interpersonal y la relación de las estructuras sociales del ambiente con la persona.
Sabemos que lo que los griegos llamaron ψυχή y los latinos anima o realidad espiritual meta empírica, conocida etimológicamente, como “ciencia del alma”. Hoy la concebimos como una ciencia de los fenómenos psíquicos, su estudio se hace con la introspección, y por ello se ha convertido en una ciencia de la conducta. Con tres ramas bien marcadas:
El estructuralismo de Wundt.
La Gestalt.
Freud y la psicología dinámica.
Si bien es cierto que posteriormente se opusieron a la introspección:
La reflexología. Quien no se acuerda de, toma plato, traga salivazo.
El behaviorismo (Watson: el estudio de la actividad humana se reduce al estudio de la relación E-R (estímulo-respuesta). Tú me das, yo te hago, etc.
Para terminar, os contaré por que así os lo he explicado.
Ayer leyendo un *.pps de esos que corren por la red, cosa que hago a menudo y mientras nos deje sin de…, tenía por título:
El triple filtro de Sócrates.
Un conocido se encuentra con el gran filósofo y le dice: Sabes lo que dijo ayer de ti, tú amigo.
Espera un momento replico Sócrates. Antes de contármelo pasa el examen del triple filtro. ¿Cómo? Dijo el amigo.
Si antes de que me digas lo que dijo ayer mi amigo, sería bueno que filtraras tres veces lo que vas a decir:
Primer filtro: la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? No, solo lo escuche… Entonces realmente no sabes si es cierto o no.  El hecho cierto es que millones de españoles conocen la verdad en sus propias carnes.
Segundo filtro: la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme? No, por el contrario… Entonces quieres decirme algo malo de él, pero no estás seguro de que sea cierto. Esta natural inclinación a hacer el bien, está en todos los comedores sociales que proliferan por las ciudades y pueblos españoles.
Tercer filtro: la utilidad. ¿Me serviría de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? No, la verdad es que no… Entonces concluyo Sócrates: Si lo que vas a decirme, no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil, ¿para qué querría yo saberlo? Pregunten a los millones de españoles del primer filtro, si son útiles o no los comedores del segundo filtro.
Como colofón os diré que, ayer es historia, mañana un misterio y hoy es un regalo, así que disfruta mientras los políticos te dejen.
Cebur.

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